viernes, 29 de agosto de 2014

CORCHEAS

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Observé  en el cielo
unas palabras  danzando.
Parecían las letras de una conocida poesía
que se fue armando mientras un lápiz dibujaba
En un cuaderno un pentagrama.
Que graciosamente  también en el cielo se movía.
Las palabras jugaban para no desafinar, acomodándose
con las fusas, las corcheas y las semifusas,
que de un libro parecían que se caían.
¡La poesía tiene música!... ¡Y la música tiene poesía!
Pensé mientras mis ojos embelesados,
y mi corazón cautivo, disfrutaban tan hermosa plenitud.
Las personas bailaban; pero no entendían,
solamente se entretenían. Sin comprender la música,
sin observar la poesía.
¡Son autómatas!...Me dijo un mimo que las conducía.
Sólo llenan sus vacíos.
Tienen el interior deshabitado. Sobreviven.
No rememoran el amor de un cuento.
Ni el romanticismo de la música ni la pasión de la poesía
Permanecen…duran…
No tienen vehemencia en el corazón.
¿No tienen amor?-Le pregunté-
Pero no me contestó.
De pronto un arpa hizo sonar sus arpegios,
y entre tanta consonancia, la voz de un ángel decía;
¡Vamos música!... ¡Vamos poesía!...
¡Vamos inspiración divina!...
Y en un acuerdo cadencioso y acompasado
se fueron yendo hacia arriba.
Me desperté… ¡estaba soñando!
En la plaza me había quedado dormida.
                                                                           María Marta Spindler

Esta poesía obtuvo tercer premio en el concurso “Fue en la Plaza”.
Otorgado por el Club de Leones Buenos Aires Liniers
y la Junta de Estudios Históricos de Liniers. ( 23-08-2014.)
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